Vivimos en una sociedad que cada vez se preocupa más por tener y comprar, particularmente en estas fechas navideñas. Sin embargo, existen cosas muy especiales y significativas que podemos obsequiar y que no cuestan un solo peso.
Tiempo. Seguro has leído o escuchado esto muchas veces, pero en realidad es una de las cosas más valiosas que podemos dar: nuestro tiempo, para escuchar pacientemente y con atención a alguien que lo necesita y sin estar pendientes del celular o del reloj.
Perdón. Este es un regalo en doble vía: para el que lo da y para el que lo recibe. Piensa en esa persona que no has podido perdonar, tal vez sea un buen momento para dejar atrás los malentendidos y las discusiones.
Tus habilidades. Si sabes cocinar, pintar, dibujar, en fin… Puedes hacer algo especial para obsequiar a esa persona que quieres sorprender. También puedes poner esas destrezas al servicio de los necesitados, por ejemplo ayudando un día en una fundación.
Compañía. A veces no es necesario decir nada, simplemente basta estar ahí junto a la otra persona, acompañarla y escucharla.
Comida. Pocas cosas llenan tanto el corazón como saber que alguien cocinó algo pensando en ti. Prepara un platillo para compartir con un familiar, amigo o a quien quieras demostrar todo tu aprecio. Así suene a frase de cajón, la verdad es que las cosas más importantes de la vida no se pueden comprar y el cariño no es equivalente a la cantidad de dinero que gastas en un regalo costoso.