CLAVES PARA SUPERAR UN APEGO EMOCIONAL

Si tu felicidad, tu tranquilidad y tu seguridad emocional dependen de otra persona, de un trabajo o de cualquier factor externo a ti, entonces es muy posible que tengas un apego emocional.

Muchas veces creemos que estas situaciones se limitan a las relaciones de pareja; sin embargo, se puede evidenciar en dependencia a un amigo, un familiar, al trabajo o a una empresa, y esta situación nos lleva a experimentar sensaciones de angustia, miedo y frustración que no nos permiten avanzar.

Para dar un paso adelante y lograr superar un apego, lo primero es aceptar que lo tienes. Nunca lograrás soltar aquello a lo que estás tan aferrada si no identificas y aceptas que es así, y que eso de ninguna forma es sano para ti.

Un segundo paso en este camino de erradicar de tu vida los apegos emocionales es trabajar en tu autoestima. Muchas veces lo que te hace aferrarte a una persona, un lugar o una circunstancia es la sensación de no ser capaz de vivir o seguir adelante sin “eso”; pensar que no puedes ser feliz sin tu pareja, que si sales de la casa de tus padres no lograrás sobrevivir ni un día, que si te sacan de la empresa para la que trabajas no tendrás más oportunidades… En fin, la lista es amplia, pero en definitiva se trata de reconocer que sí puedes ser feliz por ti misma, que tienes las capacidades para conseguir lo que quieres y que esto no depende de nadie distinto a ti.

Superar el pasado también es clave durante este proceso. Si insistes una y otra vez en traer a tu presente las cosas que ya pasaron, los errores que cometiste, las decepciones que tuviste o las personas que ya no están, lo único que harás será llenarte de frustración, de rabia y de temor. El pasado debe convertirse en tu maestro, no en tu verdugo.

Por último y no menos importante: es necesario que aprendas a estar sola. Si no aprendes esto siempre estarás buscando “atarte” a algo o alguien que te brinde seguridad, y en el momento en que aquello ya no esté, perderás el norte. Necesitas amarte y conocerte, esto forma parte de tu proceso de madurez emocional, de lo contrario será muy difícil que puedas estar bien con los demás.  

¡AUXILIO, MI HIJO QUIERE UN CELULAR!

Esta es una realidad de la que cada vez podemos huir menos: los niños frente a la tecnología. Cada día hay aparatos más sofisticados, celulares con tecnologías de punta y llamativas aplicaciones que hacen que los pequeños pidan tener un teléfono inteligente a muy temprana edad.

Sin embargo, estudios publicados por organizaciones pediátricas alrededor del mundo demuestran que los pequeños menores de 15 años no deberían tener un celular. ¿La razón? Aquí te contamos.

Manejo de la información

Los especialistas insisten en que los pequeños aún no tienen la capacidad de definir qué tipo de información publicar, y es allí donde se pone en riesgo su intimidad y, desde luego, su seguridad.

Fallas en la comunicación

Se ha demostrado que los niños que han estado expuestos al uso de dispositivos electrónicos: celulares, tabletas, entre otros, han presentado serios problemas de comunicación y dificultad para establecer relaciones con familiares y amigos.

Alteraciones del sueño

Los niños pueden pasar horas frente al celular incluso durante la noche, lo que limita el tiempo de descanso. Además, la exposición a las pantallas brillantes y al ruido altera el estado de tranquilidad que es necesario para lograr un sueño reparador.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Lo primero y más importante es: dar ejemplo. Evita utilizar el celular mientras estás con tus hijos, mientras comen, en la cama mientras duermen, cuando están en medio de una reunión familiar… Los niños, especialmente los más pequeños, imitan todo lo que sucede a su alrededor, y más aún si viene de sus padres o familiares más cercanos.

Si tus hijos ya están más grandes, establece y respeta los horarios para el uso de estos aparatos. Debes estar muy atenta a todo lo que ven y comparten por medio de Internet, es bueno que mientras crecen y aprenden a usar adecuadamente estos dispositivos, estén siempre bajo tu supervisión.

Enséñales desde siempre a cuidar y proteger su intimidad. Indícales que no todo es bueno publicarlo o compartirlo, y una recomendación que no debes olvidar: nunca te pongas en contacto con personas extrañas. La tecnología es una herramienta maravillosa, Internet y los teléfonos celulares nos permiten estar cada vez más conectados, pero como en todo, hay que poner límites y establecer reglas para garantizar que esta experiencia sea de mucho provecho.

CÓMO LOGRAR TUS METAS DE AÑO NUEVO

El fin de año está cada vez más cerca y por estos días es muy común hacer balances, analizar qué metas alcanzamos y cuáles se quedaron en el aire. Para el 2020 seguro estarás pensando en cumplir nuevos propósitos y es aquí donde estas sugerencias te ayudarán a planificar, a organizar, pero sobre todo, a cumplir con lo que sueñas para este nuevo comienzo.

  1. Haz una lista. Escribe, toma lápiz y papel, y anota todo lo que quisieras lograr en este nuevo año en todos los aspectos de tu vida.
  2. Revisa detalladamente lo que escribiste y empieza a aterrizar tus ideas; es decir, debes ser realista con lo que planteas y lo que sabes que sí puedes cumplir, por supuesto, descartando aquello que definitivamente no podrás lograr. En este punto es importante ser muy sincera.
  3. Cuanto más pequeña sea la lista, mejor. Sí, a veces se nos va el tiempo pensando en todas las cosas que quisiéramos hacer y cuando nos damos cuenta ya es diciembre de nuevo y no hemos hecho nada. Hay que ser concretos respecto a lo que queremos y lo que sabemos que se puede alcanzar.
  4. Adapta tus metas a tus capacidades. Si quieres, por ejemplo, reducir peso pero te pones como meta perder 20 kilos en un mes, está claro que no lo vas a conseguir. Hay que ir poco a poco. Esto aplica para todo, no pretendas hacer en un mes lo que no alcanzarías ni siquiera en un año.  
  5. No esperes a enero para comenzar a trabajar en tus propósitos, ¡hazlo ahora! Mentalmente buscamos el día perfecto, el clima ideal, pero la verdad es que no lo hay, simplemente tienes el presente y hay que aprovecharlo, empieza aquí y ahora.
  6. Dales importancia a tus metas, busca la manera de que cada día, todo lo que hagas te ayude a cumplir tu propósito. Comparte tus objetivos con tu familia y amigos, seguramente ellos pueden ayudarte a alcanzar aquello por lo que estás trabajando.
  7. ¡Importantísimo! Todos tus propósitos deben tener un ‘para qué’, de esta manera encontrarás la motivación, las ganas y el impulso para lograr tus metas. Quieres ahorrar: ¿para qué? ¿Para viajar? ¿Para comprar un carro?  

Es importante que te fijes metas, incluso puedes trabajar por aquellas que se han ido quedando atrás con el tiempo. No esperes a que suenen las campanas de la medianoche, ni a comerte las doce uvas; empieza ahora y pronto podrás disfrutar los resultados de tu esfuerzo y organización.