La envidia, los celos, la ansiedad, la frustración, entre otras, son algunas emociones que todos debemos enfrentar en algún momento de la vida, pero que en muchas ocasiones se salen de control y nos dominan, causándonos daño a nosotros mismos y a los demás.
Ser conscientes de nuestras emociones, enfrentarlas y asumirlas de manera positiva son las claves para lograr controlarlas y superarlas con éxito.
Lo primero que debes saber es que tú decides de qué manera enfrentas tus emociones, por ejemplo, existen personas que sienten verdadero pánico a hablar en público pero unos asumen ese miedo como una motivación para salir y hacer las cosas lo mejor posible, mientras que otros prefieren evadir la situación y salir corriendo. La decisión está en tus manos.
Aprende a conocerte y a reconocer las señales que te indican que estás a punto de perder el control. En la medida en que identifiques esas alertas podrás actuar oportunamente y evitar que aflore el Hulk que llevas dentro.
Ante un momento de tensión en el que sientas que puedes perder el rumbo de tus emociones, reafirma las cosas positivas que hay en ti, busca en tu mente esos instantes que te hicieron sentir orgullosa de ti misma. Esta es una manera efectiva de reducir el significado negativo de una emoción.
Utiliza la distracción como método de escape. Si tienes niños pequeños o has tenido que cuidar uno alguna vez, te habrás dado cuenta que un remedio infalible para acabar con una pataleta es distraerlo. Pues bien, este método es igual de efectivo para ti porque ayuda a desvincularte de la emoción antes de que siga aumentando.
Piensa que eso que sientes en este instante no durará para siempre, trata de traer a tu mente esa sensación que tendrás una vez superes el enfado, la ira, la tristeza o la frustración.
Ten presente que no existe una fórmula única y mágica que te garantice el control total de tus emociones, debes aprender a conocerte y a enfrentar cada situación de la mejor manera posible.