RETOS PARA UNA MENTE SANA

Todos alguna vez hemos sentido el temor a sufrir de Alzheimer, esta enfermedad neurodegenerativa en la que hay un deterioro cognitivo y trastornos de conducta y, sobretodo, una pérdida progresiva de la memoria que termina desdibujando quiénes somos, nos hace perder la identidad, ya que los recuerdos de lo que hemos vivido son los que conforman la persona que somos y nuestra relación con el mundo exterior.

Es sabido que esta enfermedad no tiene una cura definitiva, pero es posible retardar sus efectos mediante tratamientos que incluyen actividades para estimular habilidades como el lenguaje, la atención y por supuesto, la memoria. Una de los ejercicios por excelencia para pacientes que sufren este mal es la de los pasatiempos (sopas de letras, crucigramas, sudokus, etc.).

Y es que al resolverlos, se ejercitan habilidades como la atención y la concentración, se activan las regiones cerebrales del lenguaje y la coordinación cerebro-mano, todas importantes en la preservación de la salud mental en el transcurso de los años de cualquier persona.

Además de entretener a la persona que sufre la enfermedad, estos juegos ayudan a que familiares y allegados se involucren y compartan espacios de diversión, fomentando el apoyo y la cooperación, claves para afrontar este tipo de situaciones tan difíciles para todo el círculo social del paciente.

MENOS TECNOLOGIA = NIÑOS + FELICES

La tecnología es sin duda una herramienta poderosa para buscar información, comunicarnos, emprender negocios y hasta encontrar pareja. Sin embargo, ha sido demostrado por diversos estudios que el acceso a dispositivos móviles y computadores a temprana edad no es recomendable.

Algunos de los problemas derivados de la exposición prematura a celulares o tabletas van desde déficit de atención, conductas agresivas, depresión, ansiedad, hasta dificultad para conciliar el sueño; señales que ningún padre quiere ver en sus hijos. Pero, aunque a veces parece imposible evitar que los niños tengan acceso a estos dispositivos, es responsabilidad de los adultos propiciar espacios y actividades que ayuden a los más pequeños a distraerse y divertirse de una manera sana que contribuya a su desarrollo mental y emocional.

Se ha comprobado que pasatiempos como sopas de letras, rompecabezas, dibujos para colorear, entre otros, favorecen el desarrollo cognitivo de los niños mejorando su capacidad de análisis, concentración, motricidad y lógica.

Por ejemplo, los juegos de encontrar diferencias estimulan su capacidad visual y les permite comprender conceptos sin necesidad de usar palabras. Las actividades relacionadas con números y colores les ayudan a reforzar lo aprendido en el jardín o en el colegio, y una de las bondades más relevantes de este tipo de actividades es que refuerzan la autoestima de los pequeños: llenar un sudoku, descubrir palabras ocultas o resolver laberintos, los hace sentir capaces de lograr sus objetivos.

Así que ya lo saben papás, nunca es tarde para dar a sus hijos las herramientas para convertirse en adultos felices y capaces.