Todos alguna vez hemos sentido el temor a sufrir de Alzheimer, esta enfermedad neurodegenerativa en la que hay un deterioro cognitivo y trastornos de conducta y, sobretodo, una pérdida progresiva de la memoria que termina desdibujando quiénes somos, nos hace perder la identidad, ya que los recuerdos de lo que hemos vivido son los que conforman la persona que somos y nuestra relación con el mundo exterior.
Es sabido que esta enfermedad no tiene una cura definitiva, pero es posible retardar sus efectos mediante tratamientos que incluyen actividades para estimular habilidades como el lenguaje, la atención y por supuesto, la memoria. Una de los ejercicios por excelencia para pacientes que sufren este mal es la de los pasatiempos (sopas de letras, crucigramas, sudokus, etc.).
Y es que al resolverlos, se ejercitan habilidades como la atención y la concentración, se activan las regiones cerebrales del lenguaje y la coordinación cerebro-mano, todas importantes en la preservación de la salud mental en el transcurso de los años de cualquier persona.
Además de entretener a la persona que sufre la enfermedad, estos juegos ayudan a que familiares y allegados se involucren y compartan espacios de diversión, fomentando el apoyo y la cooperación, claves para afrontar este tipo de situaciones tan difíciles para todo el círculo social del paciente.