Vivimos tiempos en los que el costo de vida ha aumentado muchísimo, tenemos muchas cuentas por pagar, el mercado, el arriendo… Parece que todo es más costoso y el dinero no alcanza.
En esta época es vital aprender a gastar de forma inteligente, ser muy organizado con el dinero y, sobre todo, diferenciar los gastos necesarios de aquellos que son solo un capricho.
Lo primero que debes saber, especialmente si eres papá o mamá, es que debes cultivar en los pequeños el gusto y la necesidad de ahorrar. En nuestra infancia era muy común que cualquier moneda que nos daban la gastábamos de inmediato en dulces o golosinas. Es importante que los niños aprendan el valor del dinero y lo que cuesta conseguirlo.
Ser muy cuidadoso con las tarjetas de crédito, estas son un recurso muy bueno para emergencias, pero solo para eso: emergencias reales. De lo contrario, se pueden convertir en tu peor pesadilla.
Cuidar el uso de los servicios públicos: agua y energía son recursos indispensables para nuestra vida cotidiana, por eso es preciso aprender a utilizarlos con moderación. Apagar las luces que no necesitas, cerrar la llave mientras te cepillas los dientes o te enjabonas son algunas ideas que puedes poner en práctica para economizar y cuidar estos recursos.
Elaborar un presupuesto mensual. Hay gastos que no necesariamente coinciden con las fechas de pago y es allí donde el bolsillo puede verse afectado. Para evitar estos contratiempos lo mejor es planear tus gastos fijos mes a mes: mercado, arriendo, pago de servicios, cuotas de algún crédito, incluso debes tener en cuenta el dinero que destinarás para ahorrar. Se trata de ser más organizado con el dinero, mentalizarte respecto a que no tienes que ni debes gastarlo todo. Evaluar si eso que quieres comprar realmente lo necesitas o simplemente se trata de un antojo. La clave es la organización.