DESCUBRE EL SIGNIFICADO EMOCIONAL DE LAS ENFERMEDADES

Cuando quieres saber el significado de una palabra, buscas en un diccionario; pues lo mismo puedes hacer para tratar de entender el origen emocional de ese problema de salud que afrontas desde hace años. El diccionario de la biodescodificación, como los expertos en el tema lo llaman, es una lista de las enfermedades y los sentimientos a los cuales están ligados.

Es importante aclarar que se trata de una visión general y nunca debe verse como un reemplazo a una consulta médica tradicional. También es necesario tener en cuenta que cada persona es única y como tal, reacciona de una manera diferente a las situaciones que vive. Así que la información que vas a leer a continuación debes verla como una guía preliminar, en caso que quieres saber más acerca del tema o te interesa conocer las causas de una dolencia concreta, te aconsejamos que consultes a un terapeuta con entrenamiento en esta técnica.

 

Biodescodificación: la conexión entre emociones y enfermedades explicada

– Acné juvenil. Problemas para aceptarte a ti mismo o miedo al instinto por la sexualidad que se comienza a despertar.

– Adicciones. Vacío existencial y falta de amor. Ocultas un sufrimiento profundo, una sensación de soledad y desconexión con tu entorno.

– Afecciones de la piel. Angustia, intimidación, nerviosismo y problemas para establecer relación.

– Afecciones pulmonares. Miedo a existir, sentir que no eres digno de vivir plenamente.

– Alzheimer. Negarse a enfrentar la vida. Desesperanza y desamparo.

– Amigdalitis. Emociones reprimidas. Sientes que no puedes ser tú mismo.

– Anemia. Problemas para valorarte.

– Artritis. Tendencia obsesiva a fijarte solo en el lado negativo de la vida. Sueles ser una persona muy autocrítica y no te sientes amado.

– Artrosis de rodilla. Problemas ligados con la adolescencia, donde existen mayores conflictos con los padres.

– Asma. La atmósfera en tu casa, debido a los conflictos familiares, te impide respirar con tranquilidad.

– Bronquitis. Conflictos en el entorno familiar debido a problemas de comunicación ya sea debido a gritos constantes o a que nadie se dirige la palabra.

– Cáncer. Shock emocional no verbalizado o viejos resentimientos.

– Calambres. Estás aferrado a algo a alguien.

– Cálculos biliares. Amargura y agresividad reprimidas.

– Cardiopatías o enfermedades cardíacas. Estás cerrado al amor y a la intimidad, pues prefieres que en tu vida prime la razón y la mente.

– Caspa. Te sientes desconectado de tus raíces.

– Cataratas. Las imágenes que ves no te hacen feliz.

– Ciática. Temor al futuro y a las carencias materiales. También puede significar rencor o rechazo hacia algo o hacia alguien.

– Colesterol. Tienes problemas para aceptar lo que te gusta y lo que te proporciona placer.

– Colon irritable. Miedo a relajarte. 

– Conjuntivitis. Frustración y enojo.

– Diabetes. Deseos amorosos no aceptados. No te permites gozar de la vida.

– Dolor de garganta (afonía y laringitis). Miedo que te impide hablar.

– Dolores en general. Culpa.

– Endometriosis. Miedo al parto o a concebir. Sientes que no tienes derecho de convertirte en madre. 

– Enfermedades autoinmunes. Te sientes poco valorado, crees que no mereces existir.

– Enfermedades sanguíneas. Conflictos familiares sin resolver.

– Esguinces. Te sientes incapaz de soportar, por más tiempo, haciendo algo que no te gusta. Tienes la sensación de que vas en la dirección equivocada.

– Estreñimiento. Temor a soltar.

– Flatulencia. Te preocupas demasiado.

– Fibromas y quistes. Resentimiento contra tu pareja.

– Gastritis. Te sientes incapaz de asimilar alguna situación.

– Gingivitis. Representa palabras o deseos no dichos.

– Gota. Miedo al cambio y falta de flexibilidad para afrontar la vida.

– Resfriados o gripa. Existe una  situación no resuelta que te provoca un conflicto mental.

– Hemorroides. Resentimiento o enojo por algo en el pasado.

– Hepatitis. Resistencia al cambio o agresividad reprimida.

– Hernia discal. Tienes la sensación de que no recibes ningún apoyo en la vida. También puede reflejar problemas para tomar decisiones.

– Herpes labial. Temor a expresarte.

– Hipertensión. Problemas para afrontar los conflictos, prefieres huir antes de encarar un problema.

– Hipoglucemia. La persona percibe que la vida es una carga abrumadora.

– Infección. Enojo, irritación o frustración.

– Inflamación. Miedo.

– Insomnio. Culpa, pensamientos negativos y desconfianza.

– Lunares. Representan asuntos que no hemos podido erradicar del todo de nuestras vidas.

– Mareos. Miedo a situaciones que no podemos controlar como la muerte, quedar atrapados o perder el control de nuestras vidas.

Migrañas. Invalidarse como persona. Desautorizarse a uno mismo.

– Neumonía. Heridas emocionales sin cicatrizar.

– Orzuelo. Quieres controlar todo lo que sucede a tu alrededor.

– Pie de atleta. Frustración, pues sientes que no eres aceptado por los demás.

– Problemas de cadera. Miedo a tomar decisiones importantes que impliquen avanzar en la vida.

– Problemas de estómago. Incapacidad de digerir o asimilar las situaciones nuevas.

– Problemas de tiroides. Sentir que no puedes hacer lo que deseas. El hipotiroidismo significa desesperanza y el hipertiroidismo, disgusto por sentir que te han dejado a un lado.

– Problemas en la espalda. Sientes que cargas más presión de la que puedes aguantar.

– Problemas en los pies. Resentimiento hacia la figura materna o hacia la maternidad en general.

– Problemas en los riñones. Problemas de convivencia con los seres cercanos.

– Psoriasis. Miedo a ser heridos.

– Rinitis. Te anticipas de una manera negativa a los problemas.

– Reumatismo. Sientes que eres una víctima de las circunstancias.

– Ronquidos. Te niegas a abandonar viejas pautas mentales.

– Tendinitis. Crees que hagas lo hagas no vas a conseguir lo que deseas.

– Tortícolis. Falta de flexibilidad.

– Túnel del Carpio. Tienes la sensación de estar atrapado por algunos pensamientos que no te dejan actuar.

– Úlcera. Sientes que no vales lo suficiente.